Las papas una vez cocidas, hay que consumirlas antes de 24 horas, especialmente las que han sido hervidas, puesto que de lo contrario podrían tener un efecto dañino para el organismo.

Las papas no deben conservarse nunca en la refrigeradora, donde la temperatura es demasiado fría, y tampoco cerca de la cocina, donde la temperatura es demasiado alta. Lo ideal es mantenerlas en una cesta, en un espacio alejado de los rayos solares o lámparas fluorescentes.

No lave las papas si no tiene intención de utilizarlas enseguida, porque se conservan mejor al natural, es decir, en el estado en que se han comprado.

Para que las peras duras maduren con mayor rapidez, póngalas en una bolsa de papel kraft con una manzana madura, haga unos agujeros en la bolsa y manténgala en un lugar fresco. Puede utilizar el mismo truco para los duraznos y los tomates.

Si una salsa ha quedado demasiado líquida, redúzcala hirviéndola hasta lograr la consistencia adecuada.

Para espesar una salsa demasiado líquida, disolver 2 cucharaditas de maicena en un poco de agua fría y agregarla a la salsa, pero con el fuego apagado, revolviendo con energía constantemente. Cuando se ligue bien, ponga en el fuego, y caliente suavemente, sin dejar de revolver por 10 minutos.

Si un estofado ha quedado demasiado líquido, añádale al fondo de cocción una cucharadita de puré de papas.