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E1 mundo de los deportes se regocijó cuando el ex presidente de la Universidad deYale, el Dr. L. Bart Giamotti, aceptó el cargo de comisionado de la Asociación Nacional de Béisbol. Pocos meses después los norteamericanos recibieron consternadós la noticia del repentino fallecimiento de este respetado profesional de sólo 51 años de edad, provocado por un ataque cardíaco.
Esta dolorosa situación se repite miles de veces cada día. Actualmente la enfermedad cardíaca afecta a uno de cada 10 norteamericanos; y el cuadro no es muy diferente en la población latinoamericana.

¿Existe alguna solución?
Sí... y no.
Mientras la gente continúe consumiendo alimentos abundantes en grasas, las estadísticas permanecerán iguales. Se nos ha dicho durante años que una dieta con mucha grasa y colesterol es la causa principal de las enfermedades coronarias cardíacas;
Pero existe una solución que exige que disminuyamos el consumo de grasa. En la medida en que lo hagamos, podemos prevenir y hasta invertir la enfermedad cardíaca.

Cada vez resulta más evidente. Esta idea recibió un respaldo definitivo cuando el Dr. Dean Ornish publicó en 1990 un informe,, en la revista médica Lancet, que conmovió a la comunidad médica. El Dr. Orn ish pasó un año estudiando a 50 hombres con enfermedad cardíaca avanzada, muchos de los cuales eran candidatos a una cirugía correctiva de las arterias coronarias.
Con estos enfermos formó dos grupos al azar. Pidió a ambos que dejaran de fumar y que, como ejercicio, caminaran cada día. El primer grupo, además de lo anterior, practicaba el control del estrés y seguía una dieta vegetariana con  menos de 10% de calorías procedentes de la grasa, y sin colesterol.

El segundo grupo recibió la llamada “Dieta Prudente”, creada por la Asociación Norteamericana del Corazón. Esta dieta permite 30% de calorías procedentes de las grasas y 300 miligramos de colesterol por día. Al final del año, cuando se presentaron los resultados ante la Sesión Científica de la Asociación Norteamericana del Corazón, en Wáshington, se convirtieron en noticia de primera plana
en todo el país.
El Dr. Ornish informó que los del grupo vegetariano con bajo contenido de grasas no sólo tuvieron una disminución del nivel de colesterol promedio del 40%, sino que además la luz o el diámetro interior de sus arterias colesterolizadas se amplió. Lo que permitió que una mayor cantidad de sangre y oxígeno llegara al músculo cardíaco. La enfermedad del corazón en realidad había comenzado a revertirse. Los hombres de más edad, y con la enfermedad más avanzada, experimentaron los mejores resultados.
Sin embargo, el grupo que adoptó la llamada “Dieta Prudente” no tuvo descenso en su colesterol, y sus arterias coronarias se estrecharon aún más. Por tanto, su enfermedad cardíaca había empeorado.
Entonces, la dieta de la Asociación Norteamericana del Corazón no resultó eficaz.
Parece que la “Dieta Prudente”, creada para la prevención y el tratamiento de las enfermedades del corazón, no cumple su propósito. La conferencia de prensa llevada a cabo por el Dr, Ornish concluyó con esta declaración: “Las recomendaciones de una dieta moderada de la Asociación Norteamericana del Corazón no son suficientes para influir eficazmente sobre el avance de la enfermedad coronaria del corazón. Los pacientes que tienen una enfermedad cardíaca clínicamente comprobada, necesitan ir más allá de la recomendación dietética actual”.
Durante años hemos sabido que una parte considerable de las enfermedades cardíacas podrían prevenirse, pero llena de entusiasmo comprender que, dadas las condiciones debidas, es posible revertidas. Este estudio revolucionario sugiere que, si adoptamos la dieta adecuada, podríamos librarnos de la enfermedad cardíaca por medio de los alimentos ingeridos.